¿Frío o Caliente? La Temperatura Ideal del Café y la Taza Que Puede Cambiarlo Todo

¿Frío o Caliente? La Temperatura Ideal del Café y la Taza Que Puede Cambiarlo Todo

Vale, seamos sinceros: todos tenemos ese café que hemos bebido demasiado pronto y nos ha abrasado la lengua. O ese otro que, cuando por fin nos sentamos a tomarlo, ya estaba frío y triste. El calor (o la falta de él) puede hacer que un café maravilloso se vuelva… bastante meh. Por eso hoy hablamos de algo que a menudo se pasa por alto: la temperatura del café y cómo la taza adecuada puede marcar la diferencia.


No es solo café, es química (y placer)

Los estudios sobre café —sí, hay gente que estudia esto en serio— dicen que el punto dulce está entre 55 y 65 °C. A esa temperatura, los sabores se abren, los aromas se notan, y tú puedes disfrutar sin achicharrarte. Si subes de los 70 °C, no solo te quemas: también empiezas a perder matices. Y si baja de 50 °C, el café se apaga. Literalmente. El sabor se vuelve plano, incluso amargo.


Cada café tiene su temperatura

No todos los cafés se sirven igual. Aquí va una mini guía (sin tecnicismos):

  • Espresso: Intenso y rápido. Se sirve caliente, entre 60 y 70 °C, pero se enfría en segundos. Cuidado con las tazas frías.

  • Filtrado o V60: Más suave, más aromático. Deja que repose unos segundos antes de beberlo. Se disfruta mejor en torno a 60 °C.

  • Café con leche o capuccino: Aquí entramos en terreno de quemarse la lengua. La leche baja la temperatura, pero sigue saliendo bastante caliente. Entre 65 y 70 °C, perfecto.

  • Cold brew o café con hielo: El frío también tiene su ciencia, pero eso da para otro blog.


¿Y la taza? Sí, importa. Mucho.

Aquí viene la parte que en Tazzeri nos encanta: hablar de tazas.

Puede parecer un detalle menor, pero la taza que eliges influye en cuánto tiempo se mantiene el café a la temperatura ideal (y en cómo lo disfrutas). Te lo contamos con ejemplos reales:

  • Cerámica: nuestra favorita, claro. Aislante, neutra en sabor y con buen peso. Ayuda a mantener el calor sin sobrecalentar, y además... son bonitas. Las nuestras, más aún 😉.

  • Vidrio: muy estéticas, pero se enfrían rápido. Ideal si te tomas el café en dos sorbos.

  • Acero inoxidable: práctica para llevar, pero si no está bien tratada por dentro, puede alterar el sabor.

  • Tazas finas o muy abiertas: se enfrían en nada. Son ideales si te gusta el café rápido o si no tienes paciencia para esperar.

🔁 Consejo pro-tip: calienta la taza antes con un poco de agua caliente. Así el café no se enfría al contacto y aguanta mejor el calor.


¿Y si prefieres el café frío?

No te juzgamos. En verano nosotros también caemos en el lado cold brew de la vida. Pero incluso en frío, el recipiente cuenta. Una taza o vaso con paredes gruesas, o que haya estado en la nevera, ayuda a que el café aguante más tiempo sin volverse agua. Y si puedes evitar los hielos grandes de cubitera, mejor aún.


En resumen: el calor justo y una buena taza lo cambian todo

Piénsalo así: le dedicas tiempo a elegir un buen café, tal vez lo mueles a mano, usas tu método favorito… ¿y luego dejas que se enfríe en una taza cualquiera? No tiene sentido.

Elegir bien la taza no es solo estética —aunque eso también importa—, es cuidar el momento. En Tazzeri lo tenemos claro: una taza tiene que acompañarte, respetar tu café y hacer que cada sorbo sea como debería. Caliente, sabroso y sin prisas.

Regresar al blog